No es lo mismo decorar con flores que transformar espacios. Si alguna vez has pensado en embellecer tu casa con plantas y flores, es posible que te hayas topado con dos términos que parecen similares pero que, en realidad, tienen enfoques bastante distintos: paisajismo y floristería. ¡Y no, no es lo mismo llenar un jarrón con rosas que diseñar un jardín desde cero! Veamos en qué se diferencian.
Floristería. Es el arte de trabajar con flores y plantas de forma decorativa y efímera. Se centra en la creación de arreglos florales para eventos, regalos y decoración interior. Los floristas seleccionan flores frescas o preservadas, las combinan según colores, texturas y significados, y las presentan de manera armónica. Su trabajo es delicado, rápido y está orientado a embellecer un espacio de manera inmediata.
Si necesitas un ramo para una ocasión especial o decorar tu casa con un centro de mesa espectacular, la floristería es tu aliada. Pero si lo que quieres es transformar un patio o diseñar un jardín, entonces necesitas a un paisajista.
Paisajismo. Es mucho más que poner plantas bonitas en un espacio. El paisajismo es una disciplina que une la arquitectura, la ecología y el diseño para crear entornos naturales armoniosos y funcionales. Los paisajistas trabajan con terrenos completos, diseñan la distribución de plantas, caminos, fuentes de agua, árboles y elementos decorativos para lograr un equilibrio visual y ecológico.
Este trabajo implica conocimientos sobre tipos de suelo, riego, especies vegetales adecuadas para cada clima y hasta aspectos técnicos como drenajes o iluminación exterior. En definitiva, un paisajista puede hacer que tu jardín parezca salido de una revista sin que tengas que estar regando cada dos horas o sufriendo por plantas que no sobreviven.
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