Ah, el invierno. Esa maravillosa época del año en que, mientras algunos están peleando con el frío, tú estás preocupado por… ¿la piscina? Sí, porque, aunque no lo creas, el agua de tu piscina no entra en hibernación como los osos. Y, a menos que quieras encontrarte una ciénaga verde esperándote en primavera, más vale que prestes atención.
Una de las formas más eficaces de proteger tu piscina es mediante el uso de lonas cobertoras, son como un escudo contra el caos. La lona cobertora solo ayuda a mantener el agua limpia, sino que también previene la evaporación (el desperdicio de agua) y reduce la cantidad de químicos necesarios. Piénsalo, es como darle a tu piscina una manta con la que acurrucarse mientras tú te enfocas en no congelarte fuera de ella.
Mejor no bajes la guardia. Revisa periódicamente el estado de los equipos, limpia los filtros y asegúrate de que todo está en orden. Un pequeño esfuerzo en invierno puede ahorrarte un gran dolor de cabeza (y de dinero) cuando llegue el momento de volver a zambullirse.
No dejes que el agua se estanque. Puede que te parezca contraproducente mantener la bomba de tu piscina funcionando en invierno, pero es todo lo contrario. Así, evitas esos rincones sombríos donde el agua se pone más verde que tu vecino viendo tu piscina en pleno febrero.