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En Precios y Casa sabemos que las casas son para vivirlas… y las cocinas, para moverse como pez en el agua (aunque a veces parezca que nadas a contracorriente entre sartenes, taburetes y mochilas escolares). Entre tantas modas y reformas exprés, hay una regla que ha sobrevivido décadas sin despeinarse: el famoso triángulo de trabajo. Pero… ¿sigue teniendo sentido hoy en día?
Es ese concepto que te explicaron una vez en un programa de reformas y asentiste como si lo tuvieras clarísimo. Consiste en imaginar un triángulo entre tres puntos clave: la zona de cocinado (placa u horno), el fregadero y el frigorífico. Si la distancia entre ellos es equilibrada y fluida, enhorabuena: tienes una cocina eficiente (o eso dice la teoría).
Pues depende. Si tu cocina es de esas en las que puedes estirar un brazo y tocar las tres zonas sin moverte del sitio, el triángulo se convierte en un punto. Y si tienes una isla, un office, una cafetera que necesita su propio altar y media docena de enchufes estratégicos… la teoría se complica.
Ventajas del triángulo de trabajo en la cocina:
Inconvenientes en cocinas reales:
No hace falta. Es una buena guía de partida, pero no la Biblia del diseño. Hoy se prioriza la funcionalidad adaptada a tu estilo de vida, y para eso hace falta alguien que entienda de verdad lo que necesitas (y no que te obligue a encajar tu cafetera en una esquina porque «es lo que dice el manual»).
Si quieres que tu cocina tenga sentido, fluya contigo y además te robe un suspiro cada vez que entras, habla con los expertos. MGM Diseño, tu decorador experto en cocinas, convierte triángulos, rectángulos y hasta pentágonos en espacios funcionales y con alma.
Porque en la vida real, el mejor triángulo es el que forma tu café, tu playlist de cocina y alguien que se ofrezca a fregar.
MGM Diseño, tu decorador experto en cocinas, que te ayudará a encontrar el equilibrio perfecto entre estética y funcionalidad.